En las recientes noticias de tecnología los sectores de la música y el vídeo bajo demanda (VOD en sus siglas en inglés) o streaming están acaparando casi todos los titulares. Es el caso de la llegada a España de Netflix o la lucha entre Spotify y Apple Music. No es casualidad.
El momento es idóneo. La conexión a internet por fibra óptica es una tendencia al alza, frente a la anterior situación excepcional o idea puntera que suponía hace unos años. La fibra óptica, unida a una velocidad de conexión impresionante, posibilita por fin la emisión y reproducción de audio y video en calidad digital, cuando no en el caso de este último, incluso en 3D.
El año 2014, y sobre todo el 2015, son los años iniciales de este servicio en España, para el que los usuarios han estado esperando desde que Internet ofrecía la posibilidad de soñar. Pero no es la tecnología y su desarrollo hasta el momento actual lo único que facilita esta nueva situación en el panorama de entretenimiento digital.
La tecnología móvil también tiene su parte de responsabilidad, posiblemente con mucho más ímpetu de hecho. Los teléfonos inteligentes han hecho realidad el concepto de "movilidad", gracias también a que el amplio acceso a redes WiFi y la conexión 4G así lo han permitido.
Que Spotify o Netflix consigan cada vez más usuarios registrados, cuando no de pago por servicios Premium se debe a que por fin, esta tecnología es posible disfrutarla de veras en cualquier lugar, sin cortes de emisión ni menoscabo de la calidad final (sobre todo en lo que a audio se refiere).
Aquí el cambio se notó un poco antes. Las compañías de telefonía cada vez presentan unas ofertas más volcadas en la conexión a internet con una tarifa de datos más holgada. De 3 Mb a 100 Mb, para luego saltar a varios Gb y así sigue ascendiendo. En contrapartida, las tarifas de voz van en descenso hasta las actuales promociones de llamadas infinitas sin coste alguno.
¿Podría cambiar la situación en el futuro?
Regresando a la distribución de contenidos digital, el usuario se encuentra con una situación realmente favorable, pero esto podría cambiar. Si bien ahora mismo los sistemas de distribución, como los mencionados y otros afines, tienen ofertas muy económicas o incluso servicios gratuitos, el sector comienza a ver un vacío económico que no tardará en ocuparse.
Si los usuarios tienen tarifas de datos muy atractivas para una navegación sólida y potente y, además, el contenido que pueden descargarse o que podrían retransmitir desde sus móviles o desde otros dispositivos, también es relativamente económico... ¿cuánto más pagaría el usuario por obtener unas pocas ventajas?
Sin duda una oferta de mayor calidad es difícil de conseguir promocionalmente, por eso otros sistemas ya experimentados en los servicios digitales Premium creen haber encontrado una posible solución.
Esta solución se basa en la oferta de contenido "regalado", con descuentos en productos y contenido adicional para quienes realicen una suscripción de pago temporal. No es nada nuevo en el sector: Canal+ lo utiliza desde los años ‘90. Sin embargo en internet puede tener un especial atractivo. Si el contenido gratuito es limitado y nuestra conexión a internet por un pequeño pago mensual es casi inabarcable, ¿por qué no destinar ese ahorro conseguido en contenidos de alta calidad como películas gratis, visualización de series sin límites y en cualquier momento, o la posibilidad de escuchar toda la música que queramos sin límite de ningún tipo? Y lo más importante, que es lo que ahora mismo estas empresas de distribución digital de contenidos están preguntándose y analizando... ¿cuánto dinero exactamente están dispuestos a pagar estos usuarios?
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