
Las empresas están modificando la manera en que planifican el procesamiento, almacenamiento y gestión de sus cargas de trabajo. A raíz de los vertiginosos cambios que están experimentando los negocios y las tecnologías, se han visto presionadas para adoptar con rapidez modelos de cloud computing.
El modelo de almacenamiento de datos y las aplicaciones en la nube está muy extendido gracias a su agilidad en el despliegue y sus costes reducidos. En el caso de empresas con infraestructura TIC propia, se han quedado con lo mejor de ambos mundos: mantienen algunos servicios en sus propias instalaciones mientras disponen de capacidad bajo demanda en la nube, sea esta pública o privada.
Esto es lo que actualmente se conoce como un enfoque híbrido de despliegue TI. Las empresas distribuyen sus cargas de trabajo entre los centros de datos (corporativos o en modo colocation) y las nubes privadas o públicas. Los centros de datos son una pieza importante en el despliegue, ya que en ellos se almacena la gestión de datos confidenciales y de misión crítica. Sin embargo, la gestión de los centros de datos propios se ha convertido en una carga económica importante, por lo que las empresas están en un punto de inflexión, volcándose al modelo de centro de datos como servicio. Esto permite contar con un servicio más flexible y con un centro de datos especializado, optimizado para las necesidades de hoy en día.
En cuanto a la adopción del cloud, los gestores IT responden en una encuesta realizada a empresas europeas que pondrán más carga en las nubes públicas en los próximos años. Esta migración de cargas, sin embargo, encuentra algunas reticencias por temas de seguridad que aún se están resolviendo. La disponibilidad de conexiones privadas y directas a las nubes públicas como AWS o Azure está aportando la fiabilidad y el rendimiento que buscan las corporaciones para utilizar con más tranquilidad estas plataformas.
Es así que las empresas están combinando sus modelos de infraestructura IT para abordar en forma ventajosa las oportunidades de negocio y minimizar los riesgos. Los modelos de externalización son muy variados y se han convertido en la norma sobre la que diseñan sus soluciones los CIO y sus equipos. A medida que se resuelvan las inquietudes sobre la seguridad de la red, la soberanía de datos o el rendimiento, las cargas de trabajo que se alojarán en la nube irán creciendo con respecto a las que se gestionen directamente en los centros de datos.
Dada la velocidad con la que se desarrolla la economía digital, el modelo híbrido ha llegado para quedarse. Las empresas adaptarán su tecnología de cara al futuro con la incorporación de nubes públicas y privadas, aprovechando modelos de externalización que ofrezcan excelencia operativa y flexibilidad comercial.