
Los centros de procesamiento de datos (CPD) son las instalaciones donde se alojan los sistemas de hardware que aglutinan en su interior toda la información relativa a una empresa. La cantidad de datos y funcionalidades que en ocasiones tienen que albergar estas infraestructuras obliga a que su tamaño sea considerable, lo que a su vez supone también necesidades crecientes de potencia eléctrica y refrigeración, muchas veces difíciles de alcanzar.
En los últimos años el avance de la tecnología digital está llegando a afectar a este tipo de hardware hasta el punto de proponer una virtualización del sistema. No obstante, proponer este cambio o adaptación a los responsables de la empresa se traduce en una mirada, como mínimo, de inquietud.
La pregunta "¿Por qué debería virtualizar el CPD de mi empresa?" en este tipo de reuniones es absolutamente inevitable. Sin embargo, contestarla de forma directa con un rotundo "Sí", sin dar más explicaciones al respecto, no va a convencer de las bondades y ventajas de este tipo de sistema. Por eso vamos a resumir algunas de ellas.
1. La mano de obra: Todos los profesionales especializados en mantenimiento TI deben dedicar parte de su jornada laboral a mantener, analizar, gestionar y reparar la infraestructura del CPD. En un sistema virtualizado podría dedicar su tiempo a otras labores más relacionadas con el negocio de la empresa.
2. Ahorro de costes: Además de lo relativo a la mano de obra, un sistema virtual evita ciertos gastos de mantenimiento y todos aquellos relacionados, por ejemplo, con el espacio físico o el creciente coste eléctrico. Los que tiene son considerablemente menores a los de un CPD tradicional.
3. La escalabilidad: Un sistema virtual, por ejemplo un SDDC basado en un sistema de hiperconvergencia, permite crecer de forma paulatina y controlada. Esta característica es realmente interesante para las empresas que ya usen un CPD físico. Con ella puede migrar al sistema virtual por fases, sin que el cambio sea tan drástico y con el tiempo suficiente como para poder hacerlo al ritmo que los profesionales encargados de ello puedan asumir sin riesgos.
Del mismo modo, ya sea habiendo terminado la migración o adaptación o, incluso, de forma paralela, el sistema de virtualización escalable permite afrontar nuevos retos cuya inversión inicial en CPD será inexistente, salvo que tengamos que mejorar el sistema virtual actual.
4. Se mantienen las ventajas de un CPD tradicional: Tenemos todas las características favorables de un sistema virtual más todas las del sistema tradicional. Por ejemplo, es posible acceder a la información igual que en un CPD físico. Es más, se puede hacer desde cualquier lugar y en cualquier momento.
5. La seguridad: Cuando la persona responsable de la empresa atienda las razones de por qué cambiar el CPD a un sistema virtual, la última pregunta siempre suele ser "¿cómo es de seguro?".
El sistema de virtualización de CPD es completamente seguro acorde a las posibilidades existentes hoy en día. En todo caso, con adopciones como la mencionada del SDDC, es posible escoger entre funcionar con una nube pública, privada o incluso combinando ambas en una cloud híbrida, de forma que el nivel de seguridad se ajustará a las preferencias y necesidades de cada