Según un estudio de 451 Research, el mercado de servicios de colocation tiene previsto crecer en 2017 hasta 36 billones de dólares, lo que supone un incremento de hasta el 58% respecto a lo que actualmente abarca. Dicho estudio identifica además a Asia Pacífico como la zona geográfica que mayor expansión podría ofrecer a las empresas proveedoras de este tipo de servicios.
La propia base sobre la que se asienta el sistema de colocation augura un futuro prometedor al sector. Poner en funcionamiento y mantener un centro de datos requiere profesionalidad y una importante inversión. Sin embargo, hacer uso de estos servicios ofrecidos por una empresa especializada es más económico que afrontar directamente la construcción o adecuación de un centro de datos. Al contratar el centro de datos como servicio, el presupuesto que se ahorra puede ser invertido en otras áreas de negocio.
Cuando las corporaciones deciden construir su centro de datos propio, pueden a veces calcular en forma errónea las necesidades presentes o a futuro, y es entonces cuando el CAPEX resulta una inversión demasiado costosa. Es por esto que el modelo de colocation resulta atractivo al convertir dichas inversiones en OPEX y proporcionar una escalabilidad ajustada a las necesidades reales de cada momento. A ello hay que sumar el tiempo liberado por aquellos profesionales que se encargan de tareas de infraestructura que ahora abarca el proveedor de centro de datos, y que puede ser destinado a otros objetivos empresariales.
El valor añadido de contratar el servicio a empresas especializadas, que ofrecen servicios escalables y en varios puntos geográficos contribuye a ayudar en la decisión de muchas empresas de externalizar su CPD.
El auge de servicios de colocation también se basa en la paulatina adopción del sistema de tecnologías híbridas para la empresa, con la que se implanta un modelo de cargas de trabajo en centros de datos físicos así como en la nube en una mezcla híbrida de entornos propios y servicios cloud públicos.
De esta forma, el colocation se convierte en el modelo más adecuado para combinar las cargas de trabajo en la nube, mientras otras funcionalidades permanecen en los equipos propios de la empresa. La adopción del cloud es ya muy amplia, al haber ganado en seguridad y rendimiento. La transición hacia este modelo se puede afrontar de una forma mucho más efectiva, rápida y económica al contar con el centro de datos como un servicio.