Edge data centers (III): ¿Los veremos en Europa?

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19 Febrero 2016

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Internet evoluciona constantemente desde el mismo momento de su creación. Cada vez tiene más usuarios que se conectan por más tiempo y que consumen más contenido. De hecho, el auge del streaming y del contenido audiovisual en general, que engloba tanto música (conciertos, videoclips, Spotify) y juegos como películas o series (Netflix, iTunes) ha multiplicado exponencialmente el volumen de contenido requerido y, con ello, el tipo de conexión o método de trasvase de información desde el centro de datos que lo almacena hasta el usuario.

Como hemos mencionado en otros blogs, el fenómeno de los edge data centers se ha multiplicado recientemente en Estados Unidos. Más allá de las necesidades de distribuir cada vez más contenido y acercarlo a millones de usuarios finales, es un país de enormes distancias y densidad de población muy variable de una zona a otra. Esta situación geográfica ha provocado también la extensión del fenómeno edge en el sector de centros de datos.

En el pasado, los grandes proveedores de CPD se instalaron en las principales ciudades de las costas Este y Oeste, desde donde se distribuía el contenido. Pero con la demanda explosiva surgida en los últimos años por la que los usuarios consumen vídeos, software y juegos en sus pantallas, ya no solo es importante contar con banda ancha, sino que también la distancia entre la persona y el centro de datos donde está almacenada la información se vuelve vital. Los grandes volúmenes de datos transmitidos hacia una gran cantidad de usuarios pueden aumentar la latencia y provocar demoras al ver contenido en streaming.

Esta situación provocó la aparición de una red de centros de datos más pequeños y localizados en áreas con menos densidad urbana, para recoger allí el contenido y distribuirlo a los usuarios desde un punto más cercano. Así se ha expandido el alcance de internet para cubrir las necesidades de acceso de calidad a contenidos visuales.

Si miramos la situación en Europa, los centros de datos más importantes están localizados en las principales ciudades y cuentan con amplias redes de conectividad. Sin embargo, las distancias que se cubren son bastante menores que en el caso de Estados Unidos, por lo que un CPD puede cubrir una gran cantidad de usuarios con sus operadores de conectividad, sin perder calidad en la transmisión.

Esta situación podría cambiar dada la rapidez con que crece también en Europa el volumen de contenido que se está distribuyendo. En el caso de Alemania, por ejemplo, el DE-CIX en Frankfurt (uno de los principales centros de intercambio de tráfico) anunció en diciembre que había alcanzado la cifra récord de peering de 5 Terabits por segundo. Era la segunda vez en el año que rompía un récord.

La estructura actual parecería suficiente para cubrir la demanda existente, pero también es cierto que dicha demanda crecerá, y que los proveedores americanos de edge data centers están empezando su expansión en Europa. Será interesante observar cómo evoluciona el mercado en el futuro.

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