El contenido se multiplica
La TV ya no es una experiencia lineal. El usuario adapta ahora su experiencia para ver según sus preferencias una película, una serie, juegos o un evento deportivo, y en diferentes dispositivos (la televisión, el tablet, el móvil).
También se interactúa con el contenido: se mira un programa de TV y se utiliza Twitter para opinar, o se mira un concurso y se participa mediante la aplicación de un móvil.

Las fuentes del contenido
Al usuario no le preocupa de dónde procede su programa. Televisión tradicional, por cable, por satélite o streaming: los proveedores saben que el espectador solo se guía por el contenido y no de donde viene (sea una suscripción o internet). La clave para poder monetizar dicho contenido es que el usuario obtenga la mejor experiencia posible en su interacción.
¿Y cuál es el papel del control remoto?
Esa experiencia puede verse en ocasiones empobrecida por el desafío que resulta para algunos usuarios la navegación entre las fuentes del contenido (TV, descodificador, consola de juegos, etc.).

Y es por esto que el control remoto sigue siendo un elemento clave para facilitar el uso y lograr que los usuarios vean el contenido de cada proveedor. Otro aspecto fundamental es la navegabilidad y búsqueda: estas funciones se hacen ahora a través de la voz o gestos de la mano, además de las funciones tradicionales de un control remoto. El objetivo es lograr la mayor interactividad con el usuario.
La paradoja de la nueva era de contenido es que los usuarios tienen más contenido, más servicios y más dispositivos que nunca, pero quieren menos complejidad y más capacidad de elección a través de un control remoto ágil y simple. Si no es fácil encontrar el contenido que queremos ver entre todas nuestras fuentes, tampoco será posible monetizarlo.
Los proveedores de contenido siguen buscando la solución a este desafío.