En muchos casos el cambio al modelo cloud ha sido masivo, como por ejemplo, en las aplicaciones de contabilidad, finanzas, CRM. En el caso de aplicaciones relacionadas con el correo vemos que la cuota de mercado de MS Office en versión 365, que se ejecuta en la nube, crece considerablemente. Estos son los principales puntos de resistencia en las empresas para migrar a la nube:
1. El criterio de migración de aplicaciones
No todas las empresas se desprenden del hardware y software propio para subirse a la nube. Cada empresa tiene diferentes necesidades en cuanto a accesibilidad, seguridad o almacenamiento de la información. Por otra parte, hay casos como el del sector audiovisual, que requieren aplicaciones de alto rendimiento instaladas en forma local para el retoque fotográfico o la edición de vídeo.
2. Disponibilidad de la nube
El buen funcionamiento de las empresas depende en gran medida de la conexión a internet. La conectividad es un factor de mucho peso a la hora de diseñar modelos híbridos, ya que juega un papel fundamental para que los recursos IT estén siempre disponibles. Las pérdidas de conexión pueden tener un coste económico muy significativo y perjudicar tanto la imagen del negocio como el propio desempeño de la compañía. En este sentido, los proveedores de cloud pública ofrecen conexiones directas y de alto rendimiento para garantizar la fiabilidad de las comunicaciones.
3. Seguridad de los servicios en la nube
El tercer aspecto, y en ocasiones muy decisivo, es el de la seguridad. Si una empresa utiliza aplicaciones que almacenen datos sin contar con garantías o según normativa legal, el riesgo de robo, pérdida o modificación de dichos datos puede ser muy elevado. Los proveedores de soluciones en la nube han invertido muchos recursos para proteger la información y dar seguridad a sus clientes. Para el cumplimiento de determinadas normativas, será también aconsejable mantener el almacenamiento de los datos más sensibles dentro de la infraestructura IT propia de la empresa.
4. Costes directos e indirectos de una infraestructura cloud
Otro punto a tener en cuenta es el de los costes, que determinarán las inversiones en hardware o software propio o como parte de una solución en la nube. Asimismo, el coste de las comunicaciones tendrá más relevancia dentro de un proyecto cloud por su papel en la conexión de los entornos público y privado.
5. La adaptación de recursos existentes al modelo cloud
Por último, la adaptación o integración de aplicaciones existentes a la nube puede resultar un problema difícil de resolver. La experiencia y conocimiento del proveedor cloud resulta fundamental en estos casos: aquí cabe destacar la importancia de que el contrato cuente con un soporte al cliente adecuado y con acuerdos de nivel de servicio (SLA) que definan claramente el papel del proveedor cuando hay incidencias.