Todo el camino recorrido por la tecnología de la información nos ha llevado desde las primeras computadoras hasta lo que hoy es el Internet de las Cosas y el mundo hiperconectado. Hablaremos ahora de lo que nos deparará la inteligencia artifical en el futuro.
¿Cómo aprenden las máquinas?
La programación informática se basó en enseñar a las computadoras cómo realizar una tarea. Esa instrucción, expresada en código, ordenará hacer una operación en una hoja de cálculo, mostrar un video en YouTube o conducirá un coche autónomo. Ha sido un ser humano quien le enseñó a la computadora qué es lo que debe hacer en cada caso. Sin embargo, en el caso de los humanos también aprendemos de otras formas, como por experiencia (prueba y error). Estas experiencias acumulan conocimiento y nos ayudan a tomar decisiones futuras.
Este razonamiento llevó a los científicos a pensar que se debía enseñar a las computadoras a aprender por sí mismas basándose en la forma en que aprendemos los seres humanos. Se basaron en la forma en que trabaja el cerebro: con impulsos eléctricos que transmiten, generan y sienten. Los neurólogos tienen una idea general de cómo se corresponde esta actividad eléctrica con cada área de comportamiento humano y cómo los trillones de neuronas en el cerebro se comunican e influyen entre sí.
Los expertos informáticos, basados en el método de aprendizaje por prueba y error y en los esquemas eléctricos del cerebro han creado el software para replicar el funcionamiento neuronal, que se conoce como Red Neuronal Artificial (RNA).
La ventaja de este sistema es que su estructura puede aplicarse en cualquier tipo de situación y su sistema de aprendizaje (prueba y error) le permitirá resolver cualquier problema, desde una operación aritmética hasta el pronóstico del tiempo o la navegación marítima.
Cómo aprenden las redes sociales
En la vida diaria tenemos ejemplos de cómo aprenden las máquinas. Cuando hacemos búsquedas en Google y clicamos en un resultado estamos indicando, además de nuestra preferencia, cuál de todas es la respuesta más relevante. Google aprende así a responder mejor nuestras consultas.
Tomemos también el caso de Facebook: nuestra actividad en la red social es también un método de aprendizaje para el sistema. Le enseñamos algo cada vez que etiquetamos a una persona en una foto, al hacer un comentario o al poner un emoticono. Le resultará así más fácil predecir nuestro comportamiento y utilizar esa información para que luego sus anuncios sean más efectivos y hagamos clic en ellos.
Los ordenadores llevan mucho tiempo ejecutando tareas estructuradas. Pese a los grandes avances en su capacidad de memoria o en su velocidad de procesamiento, no se han registrado los mismos progresos en la resolución de tareas ambiguas o sin estructura, cuya comprensión y resolución se vuelve dificultosa para las máquinas. Es este tipo de inteligencia el que se consideraba difícil de adquirir; pero ahora, los nuevos desarrollos informáticos están mostrando que las máquinas sí pueden aprender igual que un humano, y aún mucho más rápido. ¿Cuál será el límite de este aprendizaje?
AlphaGo: la inteligencia artificial que aprende sola
DeepMind, una compañía de Google, desarrolló AlphaGo, una RNA que se dedicó a aprender a jugar Go, un juego de mesa de origen chino con reglas y conceptos simples, pero de estrategia compleja. La RNA aprendió a jugarlo mirando millones de partidas online. Su programa informático fue creado por ella misma, no fue escrito por humanos.
Cuando AlphaGo comenzó a jugar con adversarios humanos, los derrotó con movimientos y estrategias desconcertantes para sus oponentes, incluyendo a grandes campeones que quedaron impresionados por sus tácticas, muy diferentes a las utilizadas hasta entonces.
Google también desarrolló un software de traducción que ha aprendido por sí solo a traducir entre idiomas. Su forma de representar ideas ha llegado a crear un tipo de lenguaje con una forma original de representar las ideas. Este proceso guarda similitud con la manera en que la especie humana desarrolló el lenguaje.
Estas nuevas etapas en el desarrollo de la inteligencia artificial llevan a pensar que ésta puede sobrepasar a la humana en el futuro cercano. Aunque existen dudas sobre esta posibilidad, no parece descabellado prever que sea realidad en los próximos 20 años. ¿Qué cambios provocará este nuevo horizonte en el mundo que conocemos? ¿Surgirán formas híbridas de vida? ¿Cómo se verán afectados los mercados de trabajo con la aplicación masiva de la inteligencia artificial? En el próximo post hablaremos de estas posibilidades.