El desafío de conectar a los coches autónomos

Las nuevas capacidades de las redes 5G y la expansión de los centros de datos serán parte esencial de la conducción autónoma

Como mencionábamos en la anterior entrada del blog, el inmenso volumen de datos que generarán los coches autónomos es uno de los desafíos para la infraestructura que tendrá que soportarlos. Los expertos también mencionan la latencia y la potencia de computación de los propios coches como parte de los temas a solucionar.

La gran cantidad de datos generados por cada coche se debe dividir entre los datos que se procesan a bordo del propio coche y aquellos que deben enviarse a su central para el procesamiento, parte de los cuales se enviará solo cuando el coche esté ya aparcado.

¿Cómo se conectarán los coches autónomos?

Se necesitará interconectar los coches mediante servicios inalámbricos de muy baja latencia para asegurar tiempos de respuesta casi instantáneos. Este requisito será clave para la aceptación del modelo de coche sin conductor, y resulta un argumento de peso a favor de la nueva tecnología 5G.

Este nuevo estándar, cuya primera implementación se prevé para 2019, es la base sobre la que podrá ejecutarse la conectividad a gran escala de los coches autónomos. Sin las prestaciones de un sistema 5G no hay posibilidades de implementar la conducción automática masiva: la conectividad actual no tiene capacidad para manejar el ancho de banda necesario. Se necesitará mayor velocidad, ultra baja latencia y conectividad adicional entre los vehículos.

Los sistemas de conducción automática deben ser capaces de tomar decisiones en tiempo real y manejar el flujo de datos que recibirán para evaluar cada situación y tomar decisiones muy rápidas sin intervención humana. Por eso se necesita la tecnología 5G, para crear un entorno fiable, de rápida reacción y capaz de gestionar usuarios a nivel intensivo.

¿Cómo proveer conectividad de baja latencia?

Actualmente, las redes de banda ancha LTE tienen latencias que se mueven en una franja de entre 50 y 100 milisegundos. La llegada de la tecnología 5G reducirá esa franja hasta los 10 milisegundos o menos.

Una clave para proporcionar estos valores será la actualización de la infraestructura que proporciona internet. Para aumentar la eficiencia de la red será necesario desplegar capacidad en forma de edge data centers. Hay distintos enfoques con los que el sector está trabajando para cubrir esta nueva demanda, desde la presencia con pequeños CPD en más ciudades o fuera de los grandes entornos urbanos, hasta soluciones novedosas como utilizar las torres de telecomunicaciones de operadores móviles como micro CPD.

¿Cómo almacenar tantos datos?

No hay un solo tipo de datos ni un solo lugar donde almacenarlos cuando hablamos de la información generada por los vehículos sin conductor. Podría haber tres niveles de procesamiento de los datos: en el propio coche, en un centro de datos privado y en modo cloud. La relevancia del centro de datos en esta configuración es muy alta, ya que por un lado almacenarán en diferentes instalaciones los datos generados por cada coche, y devolverán información procesada en tiempo real. Más allá de centros de datos locales que puedan almacenar parte de estos datos, también deberán enviarse a la casa matriz de cada fabricante u operador para ejecutar análisis de la información o de inteligencia artificial.

Los centros de datos y su papel en la interconexión del Internet de las Cosas

Las redes de centros de datos en diferentes países y ciudades ya proveen conectividad para los coches, sea en la forma de mapas utilizados para conducir o en las aplicaciones utilizadas por empresas proveedoras de coches conectados.

El sector está atento a la revolución que significa la conducción autónoma y elabora estrategias para cubrir la demanda que se prevé. La avalancha de datos a conectar y transportar tendrá influencia en las decisiones sobre las localizaciones para futuros centros de datos.