El mercado de alquiler de coches ha dejado de crecer. Mientras vemos el estancamiento de las grandes compañías, el auge de la economía colaborativa ha hecho aparecer alternativas de self-renting.
La mayor parte de empresas de este nuevo sector basa su negocio en darle a un particular la posibilidad de alquilar su vehículo de forma sencilla y barata, sin necesidad de desplazarse a una oficina. De esta forma, se puede ganar dinero siendo propietario de un coche, solo por aceptar compartirlo.
La parte negativa con este tipo de negocios para el propietario del coche es que pierde una parte de los beneficios, ya que un 25% de las ganancias van a parar a la compañía de alquiler o a las plataformas de pago que comparten los anuncios.
Una solución que va surgiendo por parte de investigadores y desarrolladores de IT sería utilizar blockchain para validar las transacciones de alquiler de coches entre particulares. Blockchain, que nació de la mano de Bitcoin, ha ido creciendo más allá de su matriz financiera, rastreando el movimiento de todo tipo de activos digitales, desde contratos de seguros hasta electrones en redes eléctricas.
Este sistema tiene el potencial de reducir los costes de transacción, los cuales hasta ahora impedían que los propietarios de automóviles monetizaran sus vehículos y manejaran datos. De esta forma, la capacidad de monetizar el coche puede proporcionar una mayor seguridad financiera y mejores opciones para los propietarios que quieren rentabilizar su coche o simplemente necesitan dinero.
Para los desarrolladores y visionarios de la comunidad blockchain, se prevé un mercado donde compartir coche sea cada vez más fácil, y donde algunas plataformas desaparecerían por completo al moverse esta economía a la red descentralizada de blockchain. Así, cada uno sería propietario de su propia plataforma de alquiler. Pero ¿cómo aplicar el blockchain al negocio de alquiler de coches?
Transacciones seguras para alquilar coches particulares
Para los menos entendidos en la materia, blockchain se compone de bloques en una red de nodos con información codificada a través de una transacción en la red. En cada bloque se transfiere la información junto con códigos, que hacen referencia al bloque que lo precedía y al siguiente donde se dirige.
Explicándolo de forma simple, la información se valida gracias a una mayoría de puntos de red que se ponen de acuerdo en que los datos sean o no correctos: una validación por cadena de bloques que no tiene una autoridad principal, garantizando la inviolabilidad y permanencia de los registros y aportando una gran seguridad y confianza a todos los usuarios.
Actualmente, varias empresas están trabajando en formas de fusionar el Internet de las cosas con los sistemas de cadenas de bloque o blockchain. En el caso de compartir coche, un contrato inteligente podría verificar que una persona realmente posee ese coche y fijaría los términos en los que está dispuesto a compartirlo. El contrato también facilitaría el pago, usando una criptomoneda dedicada para este propósito. Eso permitiría a los participantes evitar las tarifas de transacción financiera derivadas del uso del dinero corriente, como por ejemplo los honorarios que se pagan a bancos y tarjetas de crédito.
Las empresas que desarrollan la tecnología blockchain para el sector automovilístico quieren que la automatización no sólo pase por el sistema de conducción, sino que también se aplique a la propiedad compartida y a los datos y servicios asociados, como los que ofrecen las compañías aseguradoras.
Blockchain aplicado a los coches podría facilitar nuevos tipos de seguro. Ahora se pagan cantidades poco personalizadas y Blockchain podría ofrecer un seguro basado no sólo en la edad o la experiencia, sino también en el uso del vehículo. Es decir: quien utiliza poco su coche, pagaría menos al sufrir menos riesgos.