Celebrada en Lisboa, Portugal, al Web Summit se lo conoce como el Davos de la comunidad geek a nivel mundial. En esta edición se habló de tecnología, pero no solo de sus capacidades sino de sus posibilidades como herramienta para resolver problemas y de cómo hacerlo en forma ética y responsable, creando valor para las personas.
La inteligencia artificial (IA), los coches voladores y el cambio climático fueron algunos de los temas tratados por los 1.200 ponentes. Repasaremos aquí algunas de sus conclusiones.
La inteligencia artificial aún genera incertidumbre
La IA ha sido uno de los focos de atención en conversaciones y presentaciones durante el Web Summit 2017. Dos robots compartieron el escenario y conversaron: Sophia, el primer robot con ciudadanía, y Albert Einstein (en versión robótica al menos).
Fuente: Daily Express.
Más allá de lo curioso de la escena, surgen las preguntas: ¿es la IA buena o mala para las personas y para la sociedad?
Algunos de los ponentes emitieron advertencias, como fue el caso de Stephen Hawking en la ponencia inaugural del Web Summit. Advirtió que debemos prepararnos para sortear los riesgos potenciales de la IA, entre ellos el de disrupción de la economía. Por ello es fundamental el enfoque responsable de su desarrollo para no perder la oportunidad de hacerlo bien y trabajar en armonía con los humanos.
Todavía no tenemos vehículos autónomos… pero ya hablamos de coches voladores
El concepto del coche como lo conocemos evolucionará con la llegada de los modelos autónomos, ya que su cometido irá más allá del transporte de personas y se podrán utilizar también para trabajo o actividades sociales. Waymo es una de las compañías que está trabajando intensamente para finalizar la fase de prueba de sus vehículos autónomos y ponerlos en la carretera.
Uber en cambio ya está hablando de coches voladores en un par de años. Aunque su proyecto parece excesivamente optimista, no son los únicos que quieren volar por las ciudades: Boeing y Airbus también están explorando esa nueva modalidad de transporte.
Las redes sociales no son una plataforma sino un sistema de transmisión
Uno de los ponentes fue un astronauta, Mike Massimino. En 2009, fue el primer hombre en enviar un tweet desde el espacio:
A pesar de los años transcurridos, el tuit resulta un buen ejemplo también hoy del poder de las herramientas sociales como canales de transmisión: es el mejor lugar para compartir noticias e historias en tiempo real llegando a audiencias muy diversas.
Al mismo tiempo, en las redes sociales hay muchas noticias y perfiles falsos, difíciles de detectar. Es aquí donde la IA tiene una aplicación muy útil para entender las fuentes de dichas noticias y las vías de propagación para detectarlas.
La tecnología y el cambio climático
Al Gore cerró el Web Summit y habló de la responsabilidad de quienes asistían a su conferencia: quienes crean y utilizan la tecnología pueden ser parte de la solución y lograr un impacto relevante para superar la crisis del cambio climático.
La tecnología ya está mejorando el planeta, sosteniendo el uso de energías renovables, apoyando la integración de refugiados en la sociedad y conectando comunidades. En la visión de Gore, se está produciendo una revolución sostenible que se mueve con la velocidad de la transformación digital.
El uso de la voz en la tecnología
El 10% de las búsquedas se realizan actualmente a través de la tecnología de voz. Y no sorprende que la forma más natural de comunicación sea la que esté emergiendo como la interfaz del futuro. Esta tecnología es una solución para todos, desde niños a personas mayores.
Amazon es una de las empresas que está utilizando machine learning y la computación en la nube para promover la próxima generación de experiencias de usuario de voz. La inteligencia artificial conversacional transformará la manera en que interactuamos con las máquinas.
Conclusión: utilicemos la tecnología para hacer el bien
Este año el Web Summit pareció demostrar que las etapas de adopción y uso de la tecnología han quedado ya atrás: el sector TIC se concentra ahora en su aplicación para hacer un mundo mejor. El uso responsable de las tecnologías emergentes ayudará a resolver problemas concretos, como el cambio climático o la movilidad en las grandes ciudades.